Mañana, domingo 19 de setiembre, bajo la batuta del reconocido maestro Pablo Sabat Mindreau; la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), realizará un gran concierto que se realizará en el auditorio Los Incas del Museo de la Nación (Av. Prado Este 2465, San Borja), a las 11:30 horas.
En esta oportunidad, el primer elenco nacional contará con la participación, en calidad de solista, del violoncellista peruano Claudio Santos Mazzini.
El programa incluye Sinfonía Nº 8 en si menor “Inconclusa” de Franz Schubert; y Concierto para violoncello en si menor, Op.104 de Antonín Dvořák.
La “Inconclusa” fue compuesta cuando Schubert sólo tenía veinticinco años. En la forma sinfónica, ésta es su primera obra maestra y una de las sinfonías más populares. El calificativo “inconclusa” se debe al hecho de que consta solamente de dos movimientos en lugar de los tradicionales cuatro: Allegro moderato y Andante con moto.
En realidad bosquejó más de cien compases para un tercer movimiento, Scherzo, y hasta orquestó nueve de ellos, pero no llegó a completarlo. Aunque vivió seis años después de componer esa sinfonía y escribió otra, nunca intentó terminarla.
Podría suponerse que en los dos primeros movimientos logró tal perfección de estilo y forma y alcanzó un nivel tan alto de inspiración, que se sintió incapaz de escribir otra música digna de ellos.
En esta oportunidad, el primer elenco nacional contará con la participación, en calidad de solista, del violoncellista peruano Claudio Santos Mazzini.
El programa incluye Sinfonía Nº 8 en si menor “Inconclusa” de Franz Schubert; y Concierto para violoncello en si menor, Op.104 de Antonín Dvořák.
La “Inconclusa” fue compuesta cuando Schubert sólo tenía veinticinco años. En la forma sinfónica, ésta es su primera obra maestra y una de las sinfonías más populares. El calificativo “inconclusa” se debe al hecho de que consta solamente de dos movimientos en lugar de los tradicionales cuatro: Allegro moderato y Andante con moto.
En realidad bosquejó más de cien compases para un tercer movimiento, Scherzo, y hasta orquestó nueve de ellos, pero no llegó a completarlo. Aunque vivió seis años después de componer esa sinfonía y escribió otra, nunca intentó terminarla.
Podría suponerse que en los dos primeros movimientos logró tal perfección de estilo y forma y alcanzó un nivel tan alto de inspiración, que se sintió incapaz de escribir otra música digna de ellos.
(Fuente: La república)

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