sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Y qué de la cultura en las municipales?

Ningún candidato al municipio de Lima ha dicho este tema es mío. Gestiones municipales de países de la región son un buen ejemplo para alentar la cultura desde la comuna.

Aunque hace solo unos días que el presidente promulgó la ley de creación del Ministerio de Cultura con el objetivo de que sirva como “punto de apoyo para que se liberen las energías creativas y culturales del pueblo peruano”, hasta el momento ninguno de los candidatos han expresado sus propuestas culturales ni mostrado algún interés en este tema.


La cultura, como pocos, es un tema que iguala, aglutina e involucra masivamente. Qué nos puede gustar más que nuestras fiestas, nuestra música, comida o bailes. Basta ver los conciertos de cumbia, de los folcloristas o las celebraciones de los clubes provinciales y distritales de sus santos patronos, que los auspiciadores saben utilizar muy bien, para entender que seguimos desaprovechando las manifestaciones culturales y esa energía infinita de los miles de migrantes que han conquistado Lima después de cincuenta años.

De lo que se trata es de brindar oportunidades mediante el apoyo a la innovación y a la creatividad, buscando estimular al mismo tiempo actividades económicas novedosas. Los parques zonales creados a fines de los 60 son una muestra de ello.

No estaría de más que los candidatos a la municipalidad revisaran, por ejemplo, las propuestas del municipio de Santiago de Chile que acaba de terminar el Centro Cultural Gabriela Mistral, concebido como un centro que conecte Santiago con las regiones y al público con los creadores o el sistema municipal de bibliotecas que comprende la biblioteca municipal, el bibliomercado que funciona al interior del mercado central y que ofrece préstamos de libros a domicilio y las bibliotecas vecinales o el proyecto que acaba de lanzar la municipalidad de Valparaíso después del terremoto, anunciando la construcción del Parque Cultural Valparaíso a ser administrado por una corporación de derecho privado, en donde participan además la universidad y el sector privado.

También es muy interesante la actividad cultural del municipio de Santiago de Cali, la tierra de Botero, donde está por empezar el Festival Mundial de Salsa que busca incentivar el turismo con entradas libres a los conciertos o la construcción del Centro Tecnológico y Cultural “Somos Pacífico”, promovido por la alcaldía y el sector privado como un polo de convivencia y solución pacífica que congregue a los miles de migrantes de la zona del Pacífico y los desplazados por la violencia que viven en condiciones precarias en la ciudad. En este proyecto han intervenido personalidades del mundo artístico, empresarial y cultural de Cali, logrando proyectar una hermosa arquitectura orientada a la educación y la innovación, donde dos de los principales cursos que se ofrecen son el inglés y la computación además de las matemáticas y artes.

Asimismo, el programa cultural municipal de México DF se creó con la intención de generar mecanismos de articulación entre la política cultural federal, estatal y municipal a fin de descentralizar la gestión cultural. Uno de los objetivos de este programa es la construcción de obras menores de restauración y equipamiento de espacios culturales como archivos o bibliotecas municipales con presupuesto para comprar literatura o libros de texto; infraestructura destinada a exposiciones, museos, teatro, cine y video o escuelas municipales de arte. El objetivo principal es la comunidad.

Un programa similar de fomento de la cultura y la educación se propuso en el Perú en el Plan de Reconstrucción del Sur mediante la creación de los Centros Base de Recursos Educativos (CEBRE), una iniciativa educativa extracurricular de uso público, pero operado por el sector privado, que buscaba impulsar el desarrollo de una infraestructura social complementaria para los jóvenes.

Lamentablemente esta iniciativa desarrollada por la UNI no fue acogida por los municipios de Pisco e Ica. Asimismo, los más de cien cursos de artes y las visitas de 1 sol del MALI, así como los eventos de Mistura, son un ejemplo de que la cultura es la ruta correcta.

Quién levanta la mano
No hay peruano de cualquier religión, edad, partido político, clase, migrante o limeño que no esté de acuerdo en que al cebiche y al lomo saltado no le gana nadie. Entonces ¿por qué ninguno de los candidatos le da la misma importancia a este tema? Ojalá que el próximo alcalde o alcaldesa de Lima se anime a promover y a usar seriamente la cultura.

El dato
Trabajo. Días atrás se nombró como primer ministro de la cartera de Cultura al antropólogo Juan Ossio. Sin duda, tiene una tarea capital en este campo.
(Fuente La República)

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