Mientras espera el veredicto final de la Academia este siete de marzo, La teta asustada sigue dando que hablar en el circuito de los premios internacionales de cine. Perdió el Goya hace un par de días, pero horas después fue nominada a competir por el Ariel de Oro mexicano. El reguero de comentarios favorables en el exterior es interminable.
Por Mirko Lauer
Comenzó con la opinión de Werner Herzog (autor de Fitzcarraldo y Aguirre la ira de dios, y presidente del jurado que le dio a Claudia Llosa el Oso de oro de la Berlinale) en Der Spiegel: “Estuve en el Perú hace poco y el triunfo se ha traducido en cierto orgullo para toda la nación. Creo que tiene sentido premiar películas”.
India Bourke, en el Time Out de Londres, opina que “Llosa tiernamente documenta el lento, surreal proceso de cómo las personas y la comunidad se rehabilitan en una película que busca terminar con la congoja de una nación por su conflicto civil”.
En Cahiers du cinemá Nicolas Alzalbert sostiene que Llosa propone “una fábula que bebe de las raíces mismas del país para contar la germinación de una nueva generación. La idea es crear una dicotomía entre lo dicho y lo visto, y así hacer ver lo que está oculto: el presente gangrenado por el pasado, lo vivo trabajado por la muerte”.
Para Andrew Schenker, en Slant, “a pesar de lo potencialmente sensacional que es su tema, Llosa trata el material con adecuada mesura… manteniendo la acción a una distancia fríamente observacional –una estrategia que corresponde a la reserva de su personaje central– y deja todo los detalles sórdidos fuera de escena”.
En esto coincide la crítica de Variety: “El film no muestra los crímenes contra mujeres antes del cambio de régimen de 1990, si bien la violencia, las violaciones y la tortura sufridas dan sustento a cada imagen. Al mantener esto fuera de pantalla, Llosa subraya que son crímenes inmencionables, de los que no se habla hoy”.
Esta ínfima selección de comentarios de Alemania, EEUU, Francia e Inglaterra muestra que el Perú solo está recogiendo elogios por su película-estrella. Podemos añadir la carta de felicitación enviada a Llosa por el premier español Luis Rodríguez Zapatero, y aquí en casa la que le ha enviado Alan García.
En estos comentarios y otros se pone de relieve la manera inteligente y talentosa en que la película transmite la imagen de un país que busca cerrar las heridas de su pasado reciente. Predicamento en el que por cierto se encuentran muchos países del Tercer Mundo, no todos con la misma actitud positiva.
(Publicado en el diario La República 16/02/10)
India Bourke, en el Time Out de Londres, opina que “Llosa tiernamente documenta el lento, surreal proceso de cómo las personas y la comunidad se rehabilitan en una película que busca terminar con la congoja de una nación por su conflicto civil”.
En Cahiers du cinemá Nicolas Alzalbert sostiene que Llosa propone “una fábula que bebe de las raíces mismas del país para contar la germinación de una nueva generación. La idea es crear una dicotomía entre lo dicho y lo visto, y así hacer ver lo que está oculto: el presente gangrenado por el pasado, lo vivo trabajado por la muerte”.
Para Andrew Schenker, en Slant, “a pesar de lo potencialmente sensacional que es su tema, Llosa trata el material con adecuada mesura… manteniendo la acción a una distancia fríamente observacional –una estrategia que corresponde a la reserva de su personaje central– y deja todo los detalles sórdidos fuera de escena”.
En esto coincide la crítica de Variety: “El film no muestra los crímenes contra mujeres antes del cambio de régimen de 1990, si bien la violencia, las violaciones y la tortura sufridas dan sustento a cada imagen. Al mantener esto fuera de pantalla, Llosa subraya que son crímenes inmencionables, de los que no se habla hoy”.
Esta ínfima selección de comentarios de Alemania, EEUU, Francia e Inglaterra muestra que el Perú solo está recogiendo elogios por su película-estrella. Podemos añadir la carta de felicitación enviada a Llosa por el premier español Luis Rodríguez Zapatero, y aquí en casa la que le ha enviado Alan García.
En estos comentarios y otros se pone de relieve la manera inteligente y talentosa en que la película transmite la imagen de un país que busca cerrar las heridas de su pasado reciente. Predicamento en el que por cierto se encuentran muchos países del Tercer Mundo, no todos con la misma actitud positiva.
(Publicado en el diario La República 16/02/10)
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