sábado, 1 de septiembre de 2012

Lucho Quequezana o la música peruana como obra de arte

Lucho Quequezana, el reconocido músico y compositor peruano, autor del disco Kuntur, el más vendido en estos dos últimos años, dice que la música peruana tiene valor universal y debe ser factor de unión en nuestro país.

Pedro Escribano

Lo encontramos en su estudio. Era el epicentro de los diversos instrumentos musicales que se encontraban a su alrededor, algunos de origen mestizo, como guitarras de todo tamaño, tradicionales pero electrónicas, charangos, pequeños pero vistosos, flautas, violines, tambores, congas y panderetas. Pero también había instrumentos nativos peruanos.
Allí estaban las zampoñas de diversas dimensiones, quenas, palos musicales, cajas y cajones, huesos, piedras y otros objetos que producían diversos sonidos. También instrumentos musicales, de forma y sonidos extraños, adquiridos de las tiendas musicales de grandes ciudades, pero también de las ferias de pueblos y ferias aborígenes que suele visitar Lucho Quequezana en sus viajes por el mundo.

Sí, Lucho Quequezana, el joven estudiante que solía pasarse las horas con sus patotas en la esquina de su barrio y que nunca imaginó llegar un día a ser músico, pues de muchacho pensaba que estaba totalmente negado para este arte, ahora es uno de los puntales de la música peruana y el sábado 8 de setiembre de la semana próxima ofrecerá un concierto en el Teatro Peruano Japonés.

“Cuando estudiaba en Lima, yo era un chico normal, sin ninguna afición por la música. Pero todo cambió cuando mi hermano se enfermó y la familia tuvo que trasladarse a Huancayo. Allí, en el colegio donde estudiaba, empecé a tocar instrumentos casi por contagio al ver que mis compañeros tocaban zampoñas, quenas y otros instrumentos”, refiere el artista cuyo disco Kuntur (Cóndor en castellano) el 2011 –y este año también– ha sido el CD más vendido en el Perú.

Pero su acercamiento a la música fue tímido, desconfiado, hasta que un día cogió una zampoña y se animó a soplar. Eso fue un acto mágico, el sonido telúrico salió y lo sedujo para siempre.

“Eso fue una revolución en mi vida. Desde ese día no dejaba las zampoñas y no había recreo en que yo esté sople y sople”, cuenta.

Pero no solo fue el colegio. En realidad, todo el Valle del Mantaro sedujo a Lucho Quequezana hacia la música. Casi a diario, sobre todo los domingos, era testigo de que Huancayo era un hervor de música. Así, las ferias y las fiestas patronales le colmaron de vida y alegría andina.

Pero tuvo que retornar a Lima, de vuelta a su colegio capitalino. Pero Quequezana ya era otro. Y como le hicieron con él en Huancayo, empezó a animar a sus compañeros de aula para tocar instrumentos musicales, por supuesto entre ellos la zampoña. Y lo logró, formó un grupo y se hizo a la mar de la música.

Pero no fue fácil. Su familia se empecinó en que estudie administración de empresas. Y ni modo, estudiaba administración pero sin dejar de lado la música. Pero un día dijo no, “todo a la música o no soy yo”. Y así ha sido. Hoy es un gran músico reconocido en el Perú y el mundo.

Como instrumentista, es un eximio. Ha llegado a dominar nada menos que 25 instrumentos, y de allí que cuando está en el escenario lo veamos cambiar de instrumento como quien se cambia de camisa. Pero también es compositor.

Enamorarse de la música andina le permitió conocer la diversidad de la música peruana. Fue entonces que, hombre soñador, concursó con el proyecto “Sonidos del mundo” de la Unesco, y ganó.

“Yo planteo que dadas la riqueza y la variedad de la música, esta tiene todas las condiciones de universalizarse, pues cualquier músico de cualquier parte mundo puede ejecutarla como si fuera un peruano. Y eso ya se ha demostrado con los conciertos de “Sonidos del mundo”, explica Lucho Quequezana.

En los conciertos de “Sonidos del mundo” participan músicos de otros países pero tocando música peruana con instrumentos peruanos o fusionados.

Refiere, por ejemplo, que el músico vietnamita Huu Bac Quach, que forma parte de “Sonidos del mundo”, ha grabado quenas para el famoso Circo Soleil el 2010. Precisamente con este músico, que en su país toca el dan bau, instrumento tradicional de Vietnam, el 8 de setiembre estará en el Peruano Japonés.

“Yo digo música peruana, no música costeña ni criolla ni andina ni amazónica. Yo llamo música peruana a todo, no la fragmento ni la subdivido”, enfatiza el compositor.

“Pero por qué –agrega–. Nuestra música es como nuestra comida, tiene diversos elementos y diversos sabores. Y es bueno también combinarlos”.

“Y ese es el gran problema. El Perú está dividido porque siempre tendemos a dividirlo, a fragmentarlo. El día que nos miremos como una unidad siendo diferentes, entonces alcanzaremos el desarrollo que buscamos”, concluye Lucho Quequezana.

DATOS

EL MÚSICO Y COMPOSITOR.

Nació en Lima y se inició como músico en Huancayo. Organiza, con apoyo de la Unesco, los conciertos de "Sonidos del mundo". Lleva adelante también el proyecto "Raíces", que consiste en enseñar música peruana a niños de barrios y pueblos marginales. Su gran producción discográfica es Kuntur.

EL CONCIERTO.

Con el músico vietnamita Huu Bac Quach ofrecerá un concierto en el Teatro Peruano Japonés (Av. Gregorio Escobedo 781, Res. San Felipe. 8 pm. Boletos en Teleticket.

Fuente: La República

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