Entrevista al poeta y crítico literario Ricardo González Vigil a propósito de su reciente publicación "Poetas peruanas de antología", muestra que va desde la Colonia hasta nuestros días.
Por: Enrique Sánchez
¿Cuándo aparecen voces femeninas relevantes en la poesía peruana?
En el caso de la Colonia es discutible, porque no se ha probado que “Discurso en loor de la poesía” lo haya escrito una mujer a la que suele llamarse Clarinda. Y hay quienes no están seguros de que haya existido una mujer que firmó como Amarilis el poema a Lope, aunque hay trabajos que opinan que sí. De ser así, la cumbre lírica de su tiempo sería Amarilis.
¿Con quiénes establecieron vasos comunicantes estas mujeres?
Desde fines del siglo XVI llegaron intelectuales andaluces, de la escuela de Fernando de Herrera, con mucha cultura. Ellos traen una poesía que estaba entrando al manierismo y al barroco. La gran influencia de Lope se nota incluso en el poema de Amarilis. En Lima y el Cusco hubo una minoría refinada. Sin alcanzar el nivel de la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, es factible que haya habido mujeres como Clarinda y Amarilis.
¿Y de aquí a dónde pasarías?
A Magda Portal. Con ella comienza la poesía contemporánea, ya no solo hay que hablar de hombres como Eguren o Vallejo. Portal, una figura también política, cree que la liberación parte no solo de la lucha de clases sino también de la liberación del varón, tanto en sus temas como en el tono. Rompió la sensiblería femenina tradicional. Es la mujer más importante en toda la vanguardia latinoamericana.
¿Y Catalina Recavarren, Rosa Alarco o Esther Allison?
Recavarren tiene una producción poética de menor ruptura formal pero es un caso que resume varias tendencias: la herencia de la poesía satírica, costumbrista, y de los poemas romances, religiosos, influidos por la Generación del 27. Aunque también tiene poemas precursores del feminismo. Alarco es más importante en la música, pero yo he rescatado sus poemas de amor que se publican a su muerte, dedicados a escritores que tuvieron una relación con ella. Allison es el caso más notable de vuelta al orden, una virtuosa del soneto.
¿A partir de la Generación del 50 la poesía de mujeres se vuelve más importante?
El paso a la Generación del 50 supuso que las condiciones sociales, educativas, políticas y económicas de ciertas ciudades del Perú ingresaran a la modernidad. Algunas mujeres ya habían ido a la universidad desde el siglo XIX, pero eran casos insólitos. Las de esta generación acceden más claramente a la educación, y ya hay más respeto de sus colegas hombres. Esto produce poemarios más sólidos como Blanca Varela, Yolanda Westphalen, Sarina Helfgott o Rosa Cerna y Cecilia Bustamante. De este grupo, Varela es excepcional.
¿La poesía del cuerpo en los 70 y 80 en las mujeres de dónde surge?
Sin duda, hay una influencia de escritoras de otros países, sobre todo de lengua inglesa y algunas de lengua francesa. Hablar del cuerpo es propio de la literatura contemporánea y no solo de la escrita por mujeres. El precursor es Vallejo.
¿Qué fue lo más difícil de hacer esta antología?
Cuando mi esposa me sugirió que hiciera un trabajo más detenido con las mujeres —cosa que también he emprendido con el cuento—, me dediqué a revisar diarios y revistas, porque la mujer accedió tardíamente al libro. Así di con los poemas de Dora Mayer, de la que no se tenía idea que escribiese poesía en prosa, muy baudeleriana.
La naturaleza humana
González Vigil explica: “Yo hablo de poetas mujeres y no tanto de poesía femenina, porque a este adjetivo se le da rasgos de sensibilidad de carácter negativo, en los que entran prejuicios machistas. Creo que la poesía expresa la naturaleza humana en general y no la de hombres y mujeres por separado. Si hay una poesía de naturaleza femenina es aquella de carácter rebelde, reivindicatorio de su carácter femenino. Pero quienes escriben desde el antiguo estereotipo femenino, las de talante feminista o las que no se plantean el tema, son igual de valiosas”.
(Fuente diario El Comercio, Dominical 24/01/2010)
En el caso de la Colonia es discutible, porque no se ha probado que “Discurso en loor de la poesía” lo haya escrito una mujer a la que suele llamarse Clarinda. Y hay quienes no están seguros de que haya existido una mujer que firmó como Amarilis el poema a Lope, aunque hay trabajos que opinan que sí. De ser así, la cumbre lírica de su tiempo sería Amarilis.
¿Con quiénes establecieron vasos comunicantes estas mujeres?
Desde fines del siglo XVI llegaron intelectuales andaluces, de la escuela de Fernando de Herrera, con mucha cultura. Ellos traen una poesía que estaba entrando al manierismo y al barroco. La gran influencia de Lope se nota incluso en el poema de Amarilis. En Lima y el Cusco hubo una minoría refinada. Sin alcanzar el nivel de la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, es factible que haya habido mujeres como Clarinda y Amarilis.
¿Y de aquí a dónde pasarías?
A Magda Portal. Con ella comienza la poesía contemporánea, ya no solo hay que hablar de hombres como Eguren o Vallejo. Portal, una figura también política, cree que la liberación parte no solo de la lucha de clases sino también de la liberación del varón, tanto en sus temas como en el tono. Rompió la sensiblería femenina tradicional. Es la mujer más importante en toda la vanguardia latinoamericana.
¿Y Catalina Recavarren, Rosa Alarco o Esther Allison?
Recavarren tiene una producción poética de menor ruptura formal pero es un caso que resume varias tendencias: la herencia de la poesía satírica, costumbrista, y de los poemas romances, religiosos, influidos por la Generación del 27. Aunque también tiene poemas precursores del feminismo. Alarco es más importante en la música, pero yo he rescatado sus poemas de amor que se publican a su muerte, dedicados a escritores que tuvieron una relación con ella. Allison es el caso más notable de vuelta al orden, una virtuosa del soneto.
¿A partir de la Generación del 50 la poesía de mujeres se vuelve más importante?
El paso a la Generación del 50 supuso que las condiciones sociales, educativas, políticas y económicas de ciertas ciudades del Perú ingresaran a la modernidad. Algunas mujeres ya habían ido a la universidad desde el siglo XIX, pero eran casos insólitos. Las de esta generación acceden más claramente a la educación, y ya hay más respeto de sus colegas hombres. Esto produce poemarios más sólidos como Blanca Varela, Yolanda Westphalen, Sarina Helfgott o Rosa Cerna y Cecilia Bustamante. De este grupo, Varela es excepcional.
¿La poesía del cuerpo en los 70 y 80 en las mujeres de dónde surge?
Sin duda, hay una influencia de escritoras de otros países, sobre todo de lengua inglesa y algunas de lengua francesa. Hablar del cuerpo es propio de la literatura contemporánea y no solo de la escrita por mujeres. El precursor es Vallejo.
¿Qué fue lo más difícil de hacer esta antología?
Cuando mi esposa me sugirió que hiciera un trabajo más detenido con las mujeres —cosa que también he emprendido con el cuento—, me dediqué a revisar diarios y revistas, porque la mujer accedió tardíamente al libro. Así di con los poemas de Dora Mayer, de la que no se tenía idea que escribiese poesía en prosa, muy baudeleriana.
La naturaleza humana
González Vigil explica: “Yo hablo de poetas mujeres y no tanto de poesía femenina, porque a este adjetivo se le da rasgos de sensibilidad de carácter negativo, en los que entran prejuicios machistas. Creo que la poesía expresa la naturaleza humana en general y no la de hombres y mujeres por separado. Si hay una poesía de naturaleza femenina es aquella de carácter rebelde, reivindicatorio de su carácter femenino. Pero quienes escriben desde el antiguo estereotipo femenino, las de talante feminista o las que no se plantean el tema, son igual de valiosas”.
(Fuente diario El Comercio, Dominical 24/01/2010)
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